¡Un poeta!
¿Un poeta? Es preciso. Dios no trabaja en vano.
Cuando sobre las cumbres del pensamiento humano
la noche se constela de lejanos fulgores,
cuando las grandes lenguas del viento dan rumores
inauditos, y cuando sobre esas cumbres flota
la inefable caricia de una armonía ignota,
la luz presiente al astro, la fe presiente al alma.
Dios trabaja en el seno de una inmutable calma...
Leopoldo Lugones
__________________________________________________Pasó entre los hombres.
Estuvo en la tierra.
Lo vieron las redes,
las barcas de pesca…
el polvo, el camino…
el siervo y la almena…
Pasó... Sobre un monte
quedaron sus huellas.
Pablo García Baena